Miro al
maestro José Ortega Cano torear un torito a modo, muy en Manolo Escobar, lavado
y recién peinado, en su reaparición orquestada en Benidorm. Tiene todo el
respeto José. Sin duda, estamos hablando de una figura indiscutible de los
ochenta y primeros de los noventa cuya carrera no fue sólo un camino de rosas.
José es afición pura por la fiesta, por eso, a
muchos nos extraña que en esa afición entre este tipo de reapariciones con alma
de bolsillo y cartera. Lo de Ortega Cano en Benidorm no es la primera vez. Su
final de carrera está siendo desastroso entre idas y venidas, amén de otros
temas chironarios que no vienen al caso. Lo peor de todo, es que estos circos
están tapando una carrera admirable y sin pretenderlo dañan la imagen de la
maltrecha tauromaquia.
Pero peor aún
es ver a dos figuras de este tiempo toreando los toritos preparados para el
capricho de un torero retirado. Morante y Manzanares pasaron de la limpieza de
Pamplona y quisieron una gatada a la orilla de la playa.
Para
reapariciones la de Eduardo Dávila Miura. Una, en Pamplona y la de Miura. Y encima
esta hecho un tío, firme, toreando mejor que cuando estaba en activo. Aquí no
hay cuentos. Lo de Eduardo si es afición. Me quito el sombrero ante él.
No hay fiesta
de los toros sin futuro y al futuro, en esta fiesta de la burbuja, se le quita
mucho futuro. Con estas palabras quiero expresar mi respeto para todo aquel que
sueña y entrena todos los días para ser mejor torero. Para que cuando le llegue
la oportunidad, no deje pasar el tren y dar el toque de atención necesario,
para que ese entrenamiento diario y sueños de la noche, se conviertan en
realidades en forma de contratos.
Duele ver
siempre a los mismos en los carteles. Mina la moral que se dejen en casa a
toreros con la hierba en la boca, deseosos de triunfo y las ferias estén
ocupadas por toreros de vuelta con patrón en los despachos. Pero más duele ver
a toreros jóvenes con la oportunidad que otros quisieran, y que la dejen pasar,
porque en realidad no tienen gana de ser toreros, que haberlos, haylos, como
las meigas en Galicia.
Fran Pérez
@fratrapiotoros
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