Pero lejos de
caer en ese pozo del mal recuerdo, el rubio de Espartinas esa noche soñó con
borrar lo malo con lo bueno.
Que tendrá ese pueblo de Sevilla que es capaz de
sacar a toreros que se sacan las espinas y siguen el camino hacia la victoria,
sin mirar atrás. El sueño de una madrugada del lunes al martes se ha convertido
hoy en la realidad clara y viva, que entrará en la historia de la fiesta de los
toros.
Javier ha bordado
el toreo hoy en Madrid. Los que han tenido la suerte de verlo en Las Ventas,
hablan y no paran de su gran faena al sexto. Una faena con el nivel de dos
orejas, trofeos que hubiera cortado si la espada hubiera caído arriba. Trofeos, que según los
aficionados presentes hubieran sido también de pese en la feria de San Isidro. Por
tanto, una Puerta Grande de las de verdad, porque al tercero, también cuajó una
sincera faena por ambos pitones, con tandas rotundas coronadas con un gran
espadazo. Los naturales al sexto han sido obra maestra. Obra de orejas que se
quedó, como he recordado antes, en una por el mal uso de los aceros.
Javier soñó
lo dulce cuando vivió lo amargo, pero jamás pensó que un domingo 21 de agosto
haría soñar el toreo a todos los que han tenido la fortuna de verlo torear.
La suerte no
existe. Existe la constancia.
Ojalá Javier encuentre
el sitio que se merece en los despachos y que siga viviendo el sueño de ir por
el camino de los toreros. De los buenos toreros.
Mención
especial merece la ganadería de Antonio Bañuelos, que ha echado hoy en Madrid un
corridón de toros en presencia y juego. Hay ganaderías que trabajan y consiguen
estos frutos. Así da gusto.
Les dejo el
vídeo de Raquel que ha tenido la suerte de verlo en directo en Las Ventas.
— Raquel (@rortwitt) 21 de agosto de 2016POR Fran Pérez @frantrapiotoros
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