sábado, 27 de agosto de 2016

PUNTALES QUE SOSTIENEN ILUSIONES

Hay puntales que sostienen ilusiones. Pilares infranqueables que sujetan vidas. Y en cada vida, un motivo para no dejar caer los puntales, por mucho que a veces, otras vidas se empeñen en que tú caigas.

Paco Ureña ayer en Almería, aferró su ilusión a sus piernas. Una vida que gira en torno al toro. Y es el toro el que marca sus piernas. El que le pisa los pies y se los destroza. Pero en cada pisada, su motivo, el amor por el toro, lo  hace más grande, más fuerte, más agarrado a él. Y aunque otros desde la sombra se empeñen en ponerle la zancadilla, sus piernas de la verdad son capaces de saltar la envidia más rastrera.


Paco toreó a un toro complicado de Núñez del Tarifa como si fuera bueno. Y de ahí saltó esa chispa que hace sacar una entrada en la taquilla. La emoción brotó y salimos encantados de la plaza. Su firmeza se convirtió en la certeza. Los que lo vieron repetirán para verlo otra vez.
La ilusión de Paco. La verdad de los toreros como él, hace más grande la fiesta. Y la fiesta necesita de puntales fuertes para no caer.

Paradójicamente, Ureña también lleva una lucha escondida. Una lucha para volver a torear donde sembró su semilla de aficionado y donde formó su mente para ponerse delante de un toro. Cada cite, cada natural, cada tanda con expresión, cada crujir de cintura, cada pase de pecho hasta el final, cada arrimón, cada gesto, cada estocada; son un andamio imaginario que fuerza para que sea real. Y que el pensamiento refuerce pilares, enluzca muros y pinte barreras. Que lo monetario no le pueda al corazón, ni lo político a la razón. Ver torear a Ureña te pone también ese chute en vena, el ver toros, otra vez, en Sutullena.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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