Nos podrán
gustar más, nos podrán gustar menos, pero si hablamos de Julián López “El Juli”
y de Andrés Roca Rey, hablamos de dos enormes toreros capaces de todo delante
de la cara de los toros. No hay duda de su valentía, de su buen hacer, de sus
ganas de agradar y de su compromiso con la fiesta.
Pero ese
compromiso, del que no dudo, no se ve reflejado en la plaza en muchas
ocasiones. Lo de ayer en la primera corrida de toros de la feria de Lima, por
encima del lleno y el triunfalismo desorbitado, fue un dardo antitaurino y una
piedra más en la cabeza de la maltrecha tauromaquia.
Hoy aquí no
encontrarán una crónica de esas que tapan la miseria. No soy yo de esos que son
capaces a mirar a otro lado cuando verdaderamente son conscientes de que lo
vivido va por el camino equivocado.
El
protagonista principal de la fiesta es el toro. Hasta hoy, que yo sepa, el espectáculo
se llama fiesta de los toros. Por eso duele, te cabrea y te decepciona que al
protagonista principal de la fiesta se le lleve a su mínima expresión.
Los toros de
Garcigrande que se lidiaron ayer en la plaza de toros de Acho no corresponden
con la categoría de matadores de toros que “El Juli” y Roca Rey tienen. Y no es
la primera vez. Ver a dos enormes toreros con unas cualidades sublimes, delante
de animales con menos presencia que los erales lidiados en algunas plazas de
toros para los chavales que empiezan, es una estafa. Una estafa, para el que, ilusionado, ha decido comprar una entrada en la carísima plaza de toros de
Lima. Les recuerdo, que un tendido en la plaza más que bicentenaria, vale sobre
unos 200€ aproximadamente. El que paga eso merece ver más verdad, integridad y
dignidad que lo mostrado ayer. Merece que yo hoy lo defienda y diga que
comieron pan duro a precio de caviar.
No podemos
ser defensores de la fiesta mientras que los que la integran nos sigan dando
motivos para no creer en su recuperación. Créanme, me jode escribir esto. Para mí
lo ideal sería comentarles que ayer lloré por naturales, que el ajuste fue
infinito y que el peligro se olía en España. Pero vi fraude, vi decepción, vi ventajismo
y escuché pitos que las crónicas callan y que yo no soy capaz a insonorizar.
Sé que ahora
muchos me llamarán talibán, me bloquearan o me dedicaran lindezas porque no
saben sacar lo positivo de este arreón de afición mía. Tengo que ser consecuente
con lo que a mí me llamó la atención para ser aficionado, no puedo hacerme ahora
de otra vertiente. Seria traicionar a la tauromaquia y a mí mismo.
Fran Pérez
@frantrapiotoros
Yo opino que un triunfo basado en lo tedioso de un animal que va y viene, pasa sin más y arrastra las mano, no me gusta nada. no he visto ninguna pelea en varas de ningún toro de esta tarde. directamente se oculta. no existe. no tiene interés para el gran público. yo quiero un toro que peleé en varas, que se arranque alegre a las banderillas, y que empuje por abajo y hacia adelante en la muleta. así los triunfos son rotundos. Así se hace afición.
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