Un 13 de
abril un toro dijo que no hay casualidad, que es el trabajo y la constancia lo
que te lleva a ser mejor a ir por el camino correcto. Las caídas por el camino
se superan levantándose, apretando los dientes y amando lo que haces. Si no hay
amor, hay derrota y abandono.
Lo de Victorino
Martín Andrés es una historia de amor por el toro bravo. Junto a sus hermanos
recuperó una ganadería que iba directa al matadero. De las cenizas hizo que
cupido saliera con las flecas y conquistara el corazón de todos los aficionados
a los toros. De Escudero Calvo a Victorino Martín hay una historia de
enriquecimiento de la fiesta de los toros.
Parecía casi
imposible igualar a la mítica y legendaria ganadería de Miura. Pero Victorino
consiguió hasta adelantarla y ponerse de capitán general de los ganaderos.
Mandar. Que eso ya era extraño para un ganadero. Llevar lo que realmente quería.
Y saber lo que llevaba. Un genio.
Parece que
aquel toro, “Hospiciano” semental, que a punto estuvo de matarlo en su finca le
trasmitió en cada cornada la sapiencia de la bravura. “Hospiciano” murió tres
días más tarde. Dicen que el alma de ese toro todavía vive y que está dentro de
un señor de Galapagar.
“Baratero” llegó
en el 69 para gloria de Andrés Vázquez en la plaza de Las Ventas. Luego “Jaquetón”
y “Mediaonza”, que se ganó el favor de la vuelta al ruedo en Bilbao, “Conducido”
hasta llegar al sexteto más conocido de la historia de los toros. Seis tenores
que coronaron al Paleto en Rey. Aquellos “Pobretón”, “Playero”, “Mosquetero”, “Director”,
“Gastoso” y “Carcelero” que compusieron “la corrida del siglo” como así se
denominó crearon afición en la plaza y por televisión. Tal fue la importancia de
la corrida, que TVE que transmitió el festejo, tuvo que repetirla en varias
ocasiones. La bravura se unió con las ganas de Ruiz Miguel, Luis Francisco
Esplá y José Luis Palomar que fueron la conjunción perfecta para que todo
saliera rodado. A día de hoy esta corrida sigue haciendo afición y alienta los
corazones de los aficionados cuando la desesperación y el descaste inunda la
fiesta que más amamos.
Pero después
llegó Velador, toro que Ortega Cano indultó ese mismo año en la corrida de la
prensa a rebufo por la gran tarde del ganadero el 6 de junio.
La lista de
toros destacados es larga. Victorino ha dado y sigue dando ahora triunfos y
quebraderos de cabeza a los toreros. Pero el bache llegó. Y llegó por la
ganadería salía desconocida. Ya no era el malo, muy malo ni el bueno, muy
bueno. Y le hizo daño. Eso unido a una crisis por brucelosis en la ganadería
nos hizo temer lo peor. No andaba la tauromaquia con buena salud como para
permitirse perder uno de sus grandes baluartes. Pero cuando todo parecía perdido,
llegó “Cobradiezmos” y nos hizo ver que la fiesta puede ser de otra manera. Que
no nos vale el toro parado y con la legua fuera. Que la emoción, la fuerza, el
miedo y el peligro deben ser parte fundamental de la fiesta si queremos
conservarla.
Un toro con
premio. El nacional de tauromaquia. Para que el amor siga durando y contagiándose
a los demás.
¡Enhorabuena Victorino y Viva la bravura!
Fran Pérez @frantrapiotoros
No hay comentarios:
Publicar un comentario